Cuando un Ángel nos visita




Esto me sucedió en una etapa de mi vida en la cual, aunque felix, pasaba por algunas situaciones económicas precarias. Habitualmente escucha música de conciertos y en ese tiempo mi corazón salta del pecho cuando oía una misa de Mozart. Así, entre las acariciadoras notas de esta celebre música me quede profundamente dormida con la luz encendida.

De madrugada algo9 me hizo despertarme y me incorpore en mi lecho, observando a mi esposo a mi lado durmiendo placidamente. En ese instante, delante de mi rostro me sorprende un rostro sublime. Era una criatura admirable, un bebe como de algunos meses de nacido, con una risa tan alegre, picaresca y vivaz que me sedujo indescriptiblemente. No tenia dientes como los pequeños recién nacidos, y era tan real, que yo podía ver sus labios y lenguas que brillaban con la lozania característica de esa primera etapa de la vida.

Su pelo era castaño claro con reflejos dorados, arreglado en rizos y su ris infantil, la mas dulce que mis oídos hayan escuchado. En ese momento, cuando un ángel nos visita, todo se olvida, es como si nada existiera, solo usted y el ángel, y en su presencia están resumidos toda la belleza del Universo entero.

Su alegría me contagiaba, en mi pecho danzaba la alegría, se escapaba sin alas en mi propia risa y volvía a llenarse, como el agua que brota constante en un manantial.

Quise tocarlo, quise apresarlo en mis manos ansiosas de tanto deleite que se exhibía ante mi, pero cuando levante mis manos para acariciar sus dorados rizos, sentí como si estuviera dentro de un medio acuoso, como si nadara bajo las profundidades del mar donde el movimiento es lento y ondulante. Mi mano tardo mucho tiempo en acercarse a su pelo y justamente en ese instante se esfumo para siempre, dejando una estela de luces, alegría y bendición en mi vida.

Quiero pensar que producto de la presencia del ángel mi situación económica vario y aunque no poseía riquezas, al menos pude solventar mis necesidades mas perentorias.

Siempre que un ángel nos visita, nos deja una virtud nueva en la vida, algún don que no existía se abre camino y se estable. En mi caso, siempre he sido totalmente desafinada en música y me sorprendí, como se sorprendieron aquellos que me conocen cuando por primera vez, a los pocos días de la presencia del ángel, como entonaba las notas musicales de una canción correctamente.

Cuando un ángel aparece en nuestra vida, a partir de esa hora nunca se podrá olvidar su vital presencia, su recuerdo llena el corazón de infinita ternura.

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